La asistencia del trauma se
divide en tres fases: previa al episodio, episodio y posterior al episodio. El profesional
de la asistencia prehospitalaria tiene responsabilidades en todas las fases.
Fase
previa al episodio
El
traumatismo no es un accidente. Un accidente se define como “un hecho que sucede por azar o por causas
desconocidas” o como “un hecho desafortunado por falta de atención,
despreocupación o ignorancia”. La mayoría de las muertes y lesiones traumáticas
corresponden a la segunda definición y son evitables. Los incidentes
traumáticos se engloban en dos categorías: intencionados y no intencionados.
Trabajando en la prevención de
estas dos categorías, los profesionales de la asistencia prehospitalaria deben
educar a la población para que aumente el uso de sistemas de protección de los
ocupantes de un vehículo, promover los métodos para reducir el uso de armas en
actividades criminales y promover la resolución no violenta de los conflictos. Además
de atender al paciente traumatizado, todos los miembros del equipo de
asistencia sanitaria tienen la responsabilidad de reducir el número de
víctimas. En la actualidad, la violencia y los traumatismos no intencionados
provocan más muertes al año que todas las enfermedades juntas en EE.UU. La violencia
representa más de un tercio de estas muertes (Figura 1-2). Los vehículos
motorizados y las armas de fuego están implicados en más de la mitad de todas
las muertes por traumatismo, la mayoría de las cuales son evitables (Figura
1-3).
Figura 1-2 Los traumatismos y la violencia no intencionada provocan más muertes que las restantes causas de muerte juntas.
Figura 1-3 Los traumatismos por accidente de tráfico y las armas de fuego suponen más de la mitad de las muertes como resultados de traumatismos y violencia.
Las leyes sobre el uso
obligatorio del casco para la moto son un ejemplo de legislación que ha
conseguido un efecto positivo en la prevención de lesiones.
Otro ejemplo de muertes
traumáticas evitables es el del consumo de alcohol por los conductores. Como resultado
de las presiones para cambiar de leyes estatales sobre el grado de intoxicación
al conducir y mediante actividades educativas de organizaciones como Mothers Against Drunk Drivers (Madres
contra los conductores borrachos, MADD), el número de conductores ebrios
implicados en accidentes mortales ha disminuido desde 1989 de forma constante. Otra
forma de prevenir los traumatismos es el uso de asientos infantiles de
seguridad. Numerosos hospitales de traumatología, organizaciones legales y
servicios de emergencias médicas (SEM) realizan programas para educar a los
padres sobre la instalación y el uso correcto de los asientos infantiles de
seguridad.
Fase
del episodio
Bien cuando conducen un
vehículo particular o un vehículo de emergencias, los profesionales de la
asistencia prehospitalaria deben protegerse a sí mismos y predicar con el
ejemplo.
Siempre deben conducir de
forma segura, respetar las normas de tráfico y usar los sistemas de seguridad
disponibles, como los cinturones de seguridad, tanto en los asientos delanteros
como en los pasajeros o en el compartimiento para los pacientes.
Fase
posterior al episodio
El Dr. Donald Trunkey ha
descrito una clasificación trimodal de las muertes por traumatismo. La primera
fase corresponde a los primeros minutos y hasta una hora después del accidente.
Es probable que estas muertes no sean evitables a pesar de una asistencia
médica inmediata. La mejor forma de combatir estas muertes es mediante una
prevención de la lesión y con estrategias de seguridad.
La segunda fase corresponde a
las horas siguientes a un incidente. Estas muertes pueden evitarse con una
buena asistencia prehospitalaria y hospitalaria. La tercera fase corresponde a
varios días a semanas después del incidente. Estas muertes suelen producirse
por un fracaso multiorgánico. Sin embargo, un tratamiento precoz e intensivo
del shock en el ámbito prehospitalario puede prevenir algunas de estas muertes.
El Dr. R. Adams Cowley,
fundador de Maryland Institute of Emergency
Medical Services (Instituto de Servicios Médicos de Emergencia de Maryland,
MIEMS), uno de los primeros centros de atención del trauma de EE.UU., describió
y definió lo que él denominó la “hora de
oro”. Basándose en sus investigaciones, Cowley llegó a la conclusión de que
los pacientes que recibieron una asistencia definitiva poco tiempo después de
una lesión tenían una tasa de supervivencia superior a aquellos en los que se
retrasaba la asistencia. Una razón de ello es la conservación de la capacidad
del organismo de producir energía para mantener la función de los diferentes
órganos. Para el profesional de la asistencia prehospitalaria esto se traduce
en mantener la oxigenación y la perfusión, así como en un traslado rápido a un
centro para continuar con el tratamiento.
Este blog fue basado en el PHTLS 6 Edición.
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