miércoles, 22 de febrero de 2012

FASES DEL TRAUMA


La asistencia del trauma se divide en tres fases: previa al episodio, episodio y posterior al episodio. El profesional de la asistencia prehospitalaria tiene responsabilidades en todas las fases.

Fase previa al episodio
El traumatismo no es un accidente. Un accidente se define como “un hecho que sucede por azar o por causas desconocidas” o como “un hecho desafortunado por falta de atención, despreocupación o ignorancia”. La mayoría de las muertes y lesiones traumáticas corresponden a la segunda definición y son evitables. Los incidentes traumáticos se engloban en dos categorías: intencionados y no intencionados.
Trabajando en la prevención de estas dos categorías, los profesionales de la asistencia prehospitalaria deben educar a la población para que aumente el uso de sistemas de protección de los ocupantes de un vehículo, promover los métodos para reducir el uso de armas en actividades criminales y promover la resolución no violenta de los conflictos. Además de atender al paciente traumatizado, todos los miembros del equipo de asistencia sanitaria tienen la responsabilidad de reducir el número de víctimas. En la actualidad, la violencia y los traumatismos no intencionados provocan más muertes al año que todas las enfermedades juntas en EE.UU. La violencia representa más de un tercio de estas muertes (Figura 1-2). Los vehículos motorizados y las armas de fuego están implicados en más de la mitad de todas las muertes por traumatismo, la mayoría de las cuales son evitables (Figura 1-3).

 
  Figura 1-2 Los traumatismos y la violencia no intencionada provocan más muertes que las restantes causas de muerte juntas.


 
 Figura 1-3 Los traumatismos por accidente de tráfico y las armas de fuego suponen más de la mitad de las muertes como resultados de traumatismos y violencia.


Las leyes sobre el uso obligatorio del casco para la moto son un ejemplo de legislación que ha conseguido un efecto positivo en la prevención de lesiones.
Otro ejemplo de muertes traumáticas evitables es el del consumo de alcohol por los conductores. Como resultado de las presiones para cambiar de leyes estatales sobre el grado de intoxicación al conducir y mediante actividades educativas de organizaciones como Mothers Against Drunk Drivers (Madres contra los conductores borrachos, MADD), el número de conductores ebrios implicados en accidentes mortales ha disminuido desde 1989 de forma constante. Otra forma de prevenir los traumatismos es el uso de asientos infantiles de seguridad. Numerosos hospitales de traumatología, organizaciones legales y servicios de emergencias médicas (SEM) realizan programas para educar a los padres sobre la instalación y el uso correcto de los asientos infantiles de seguridad.

Fase del episodio
Bien cuando conducen un vehículo particular o un vehículo de emergencias, los profesionales de la asistencia prehospitalaria deben protegerse a sí mismos y predicar con el ejemplo.
Siempre deben conducir de forma segura, respetar las normas de tráfico y usar los sistemas de seguridad disponibles, como los cinturones de seguridad, tanto en los asientos delanteros como en los pasajeros o en el compartimiento para los pacientes.

Fase posterior al episodio
El Dr. Donald Trunkey ha descrito una clasificación trimodal de las muertes por traumatismo. La primera fase corresponde a los primeros minutos y hasta una hora después del accidente. Es probable que estas muertes no sean evitables a pesar de una asistencia médica inmediata. La mejor forma de combatir estas muertes es mediante una prevención de la lesión y con estrategias de seguridad.
La segunda fase corresponde a las horas siguientes a un incidente. Estas muertes pueden evitarse con una buena asistencia prehospitalaria y hospitalaria. La tercera fase corresponde a varios días a semanas después del incidente. Estas muertes suelen producirse por un fracaso multiorgánico. Sin embargo, un tratamiento precoz e intensivo del shock en el ámbito prehospitalario puede prevenir algunas de estas muertes.
El Dr. R. Adams Cowley, fundador de Maryland Institute of Emergency Medical Services (Instituto de Servicios Médicos de Emergencia de Maryland, MIEMS), uno de los primeros centros de atención del trauma de EE.UU., describió y definió lo que él denominó la “hora de oro”. Basándose en sus investigaciones, Cowley llegó a la conclusión de que los pacientes que recibieron una asistencia definitiva poco tiempo después de una lesión tenían una tasa de supervivencia superior a aquellos en los que se retrasaba la asistencia. Una razón de ello es la conservación de la capacidad del organismo de producir energía para mantener la función de los diferentes órganos. Para el profesional de la asistencia prehospitalaria esto se traduce en mantener la oxigenación y la perfusión, así como en un traslado rápido a un centro para continuar con el tratamiento.


 Este blog fue basado en el PHTLS 6 Edición.

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